Olvídame,
esta zamba te lo pide.
Te pide mi corazón
que no me olvides,
que no me olvides
Deja el recuerdo caer
como un fruto por su peso.
Yo sé bien que no hay olvido
que pueda más que tus besos.
Yo digo que el tiempo borra
la huella de una mirada,
mi zamba dice: no hay huella
que dure más en el alma.
Porto Alegre, cheia de março.
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